miércoles, 2 de septiembre de 2009

Al día siguiente subimos a los lagos de Covadonga. El acceso rodado durante los meses de verano está restringido, por lo que hay que dejar el coche en alguno de los 4 parkings al inicio del tramo (y pagar 2€ claro) y coger allí un autobús que pasa cada cuarto de hora más o menos.

El viaje es bastante sinuoso y totalmente recomendado para los amantes del riesgo, en especial cuando dos autobuses se cruzan justo cuando a tu derecha hay una un barranco de vértigo y tienen que echarse a los bordes para hacerse hueco. Una pasada!! Todo el viaje fue amenizado por un chavalín en el asiento de al lado y que estaba pegado a la ventana que miraba al barranco, y que no paraba de decir: “Mamá, yo quiero que el autobús pare, yo quiero volver!!” Verídico.

Aquí mucha virgen de Covandonga y tal, pero yo no me creo nada. Aquí son hindúes, porque las vacas son como mínimo sagradas. Te las encuentras en todos lados, y si están en medio del camino, pues nada, el autobús se para y espera a que decidan mover su santo trasero en busca de pasco fresco. El primer día piensas, “qué bonitas las vaquitas”. A partir del segundo, cuando te las has encontrado en más de una curva sólo ves solomillos con cuernos.

Tadeo nos había dicho que los lunes a las 10:30 salía una visita guiada gratuita que visitaba los lagos. Al parecer no es algo a lo que se le haga mucho publicidad porque ni el conductor del autobús ni los pasajeros de dos autobúses que allí estaban lo sabían. Lo curioso es que no había carteles de ningún tipo para informar de esto y el personal de información que atendía a los visitates tampoco dijo nada. Cuando los de nuestro autobús se habían ido con la única información que de allí recibieron, unos mapas y las rutas que podían hacer por ellos mismos, la guía se nos acercó y nos dijo que el mínimo de personas para hacer la ruta era de 3 personas, pero que la misma era muy sencilla y ella nos la iba a explicar. La verdad es que sí es muy sencilla, y todo está muy bien indicado, y entiendo que para dos personas sea un coñazo darle la vuelta a la montaña. Pero se le notaba a leguas  que no debía tener muchas ganas de currar, porque tras decir esto llegaba otro autobús y al decirle yo que igual alguién se nos uniría al grupo ella dijo tajante: “Seguro que NO”. Así que tras hacer caso omiso a sus explicaciones nos largamos de allí con viento fresco. Mejor sólos que con una tipa así.

La ruta traza una senda circular que rodea al pico El Mosquital (1289m) y que visita los dos lagos, Ercina y Enol. Unas vistas impresionantes de los picos y una quietud y tranquilidad tan solo rotas por el cencerreo de las vacas sagradas.

Como podéis comprobar hacía un poco de viento.
 
Esta otra foto está tomada justo desde el lado opuesto al otro lado del lago.

En la siguiente foto el descubrimiento del año, a las vacas sagradas también les mola un chupozón de vez en cuando
 
Y no, aquí no estoy cagan**

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