viernes, 4 de septiembre de 2009

Ruta del Cares

El miércoles tuvimos un poco de aventura primero en 4x4 por los Picos de Europa y luego a pie. Hay que decir que para entrar en el parque con un vehículo necesitas un permiso por lo que si no lo haces a través de una de estas empresas será imposible que conozcas la naturaleza en estado salvaje.

Nos recogieron a las nueve de la mañana y nos llevaron desde Cangas de Onís, cruzando todo el parque, hasta la provincia de León. Os recuerdo que Picos de Europa ocupa parte del Principado de Asturias, parte de Castilla y León y parte de Cantabria.

El guía era amabilísimo y nos fue explicando tanto la diferencia entre un haya y un roble como la vida en las aldeas; donde viven gracias a una economía de subistencia y basada en unas muy duras condiciones de vida (sobre todo en invierno) siempre cuidando del ganado y consumiendo lo poco que ellos mismos producen (queso, leche, carne...).

Aunque bajan a los concejos a vender sus productos en los mercados semanales, cada vez lo tienen más difícil debido a los controles sanitarios y alimenticios que todo producto debe pasar. No obstante, las autoridades hacen un poco la vista gorda y ésto es lo que permite conseguir algunos ingresos extras.
Molino de agua de una de estas aldeas
 
Además de agrado lo que tenía el guía era paciencia, mucha paciencia.... Viajaban con nosotros en el land rover, una pareja de unos cuarenta y tantos años de Pamplona, y dos parejas de unos cincuenta años de Los Palacios, Sevilla. Pues bien, una de las sevillanas se tiró todo el viaje diciendo que se bajaba en el pueblo siguiente porque estaba aterrada. En realidad no había de lo que tener miedo porque los primeros treinta y tantos kms. fueron por carretera y no se veían ni precipicios ni nada que llevara a entrar en ese estado de pánico. Luego entramos en pleno parque por carriles de difícil acceso pero con nada de peligro. Era tal el estado de nervios en que se encontraba que el guía tuvo que parar en el filo de la carretera para que orinara, pero que a ella no le importaba porque estaba acostumbrada a ir al Rocío. Rocío...ella pensaba que dar un paseo por los picos de Europa en un land rover era como andar con zapatillas de esparto, vestida de rociera por las arenas de Almonte....igualito....

Sobre la una y cuarto nos dejaron a la pareja pamplonica y a nosotros dos en un pueblo perdido de la mano de dios, llamado Caín, perteneciente a Castilla y León, y de donde para salir por carretera tenías que hacer todo el camino de vuelta.

Eso sí, los del pueblo han sabido sacarle partido a lo de la ruta del Cares porque los pequeños huertos lo han sustituidos por zonas de aparcamientos "rústicos" y de puestos de camisetas y palos de madera para caminar. Por lo visto te cobran hasta por respirar. Por lo que dicen, de tontos no tienen ni un pelo... la picaresca española hasta en lo más recóndito de la montaña, sí señor!!.

Bueno, sigo con mi historia. Comimos los cuatro caminantes en uno de los pocos restaurantes del pueblo por diez euros el menú. Los cuatro pedimos lo mismo: ensalada, lomo con salsa de queso de Valdeón, helado, cuajada o queso con membrillo de postre, café y bebida).

A pocos más de las dos y media de la tarde nos pusimos en camino. la ruta es de 12 kms. y va desde Caín a Poncebos, un pueblo asturiano. Toda la senda tiene una anchura de poco más de un metro al borde de un desfiladero y con unas caídas de más de 80 metros.

La ruta también se puede hacer a la inversa, es decir, de Poncebos a Caín, pero a mi parecer la menos idónea. En primer lugar porque si vienes de Poncebos te viene todo el tiempo el sol de frente (si hay sol, claro) y porque los dos primeros kms. desde Poncebos son de subida y con bastante piedra suelta. Esto significa que tras esos dos kms. de subida, hacer los 10 kms. restantes es como para pensárselo.

La ruta de Caín a Pancebos es la que hicimos y fue espectacular. Los 5 primeros kms. son los más bonitos porque es donde hay más vegetación y tienes que ir pasando por pequeños túneles con vistas del curso del río impresionantes. Me recordó un poco al viaje en tren de Jimena a Ronda pero con mayores alturas.



Hay un momento donde el camino hace un inmensa curva y en el que a un lado estás en Castilla León y al otro lado en Asturias. Es impresionante aunque hizo muchísimo calor!.

El resto de kms. es un paisaje más rocoso pero también con su encanto. Lo peor de todo son los dos últimos kms. de bajada y con mucha piedra suelta que si pegas un resbalón puedes acabar a los pies del cañón. De manera que si alguno de ustedes decide hacer esta ruta, os aconsejo que llevéis calzado adecuado y no chanclas de la playa o tacones como se han dado casos. La ruta es sencilla, todo en llano, a excepción de los dos últimos kms. pero no tanto como para ir de andar por casa!!.

En el pueblo de Poncebos nos estaba esperando a las 7 de la tarde el guía, Carlos, quien en teoría debió haber hecho otra ruta en coche con los sevillanos pero que por el "acojone" de la muchacha tuvieron que cancelar. Al parecer les salió bastante caro el viaje porque a la llegada a un pueblo llamado Fuente Dé, pidieron un taxi para que los llevara de vuelta a Cangas de Onís, a más de 150 kms. de distancia. Y claro, tuvieron que pagarle al taxista tanto el trayecto de ida como el de vuelta!.

A unos kms. de Poncebos y cerca de Arenas de Cabrales hay un mirador desde donde se puede ver el Naranjo Bulnes, que no es el pico más alto de Asturias, pero sí el de más renombre. Las vistas son espectaculares. Su nombre viene por el color anaranjado que coge al caer el crepúsculo y por ser Bulnes el pueblo que tiene a sus pies, al que por cierto, sólo se puede acceder a través de un funicular. No hay carretera. Según dicen, éstos sí que están realmente "embrutecíos"... vamos, que los de Jimena son ya la finura en persona al lado de éstos.

1 comentario:

  1. El calzado ideal para esos caminos son tus zapatillas,esas que con los dedos te agarras a las piedras.

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